Tras la distribución de las chacras en 1821 y gracias a la acción perseverante de aquellos pioneros, el lugar comienza a cobrar importancia. En torno al paraje conocido como "Tres Esquinas" (hoy Hipólito Yrigoyen y Pereyra Lucena), se va formando el núcleo central del futuro Pueblo de la Paz, piedra angular de lo que sería la ciudad de Lomas de Zamora.
En 1822 había sido bendecido el Oratorio de los Grigera, en la chacra del hijo mayor de Tomás, Don Manuel Antonio Grigera, en donde las familias de la zona cumplían con sus deberes religiosos.
Muy conocida y concurrida era en tales épocas la pulpería que en las "Tres Esquinas" poseían don Juan Portela y don Juan Amestoy. El trabajo fecundo de los pobladores de las lomas convierte a estas tierras, antes desoladas y salvajes, en una zona progresista y productiva. En el período rosista ocuparon la estancia Prudencio Rosas, hermano del Restaurador, y Ciriaco Cuitiño. Manuelita Rosas acostumbraba visitar ese lugar para realizar paseos a caballo.
Lomas de Zamora, que dependió en un principio del Pago de la Magdalena, continuó perteneciendo al Partido de Quilmes hasta el 7 de abril de 1852 en que pasa a ser jurisdicción del nuevo partido de Barracas del Sur.