Los precursores de Lomas estuvieron preocupados, desde un principio, por el problema educacional. Tras la experiencia de los esposos Rivas en 1845, con sus casas de enseñanza para varones y niñas, se crea en 1852 -por iniciativa de la señora María Bustos de Correa- una escuela para niñas de la que ella misma fue regente.
En 1854, Catalina Rodríguez, la maestra cuyo nombre Lomas ha inmortalizado en la denominación de una de sus calles y de una de sus escuelas, dio estructura al establecimiento creado por la señora de Correa. Dicha casa de estudios funcionaba en la llamada "quinta de Ramírez" con frente al Camino Real (hoy Hipólito Yrigoyen).
Cuatro años después, Francisco Portela, aún antes de ser Juez de Paz, manifestó su preocupación por la educación. Por esta causa mantuvo correspondencia con Sarmiento - quien entonces era Jefe del Departamento de Escuelas de la Provincia - y obtuvo la creación de una escuela en base a lo que le donara la provincia de Buenos Aires: quince bancos, mapamundi, dos sellos y otros materiales necesarios para que funcionara el establecimiento, ofreciendo de su peculio el sueldo de maestro, que pagó durante un año.
La escuela funcionó en el edificio cedido por su primo, don Esteban Adrogué, en la quinta "Los Leones" (actuales calles Alvear y Las Heras, donde funciona el Hogar "Leopoldo Pereyra). El establecimiento comenzó a funcionar en noviembre de 1859, con 25 alumnos, y permaneció allí durante dos años hasta que fue trasladada al terreno cedido por Grigera -frente a la plaza que lleva su nombre desde 1895- donde funciona en el presente la Escuela Número 1.