Si bien en 1887 la Municipalidad había rechazado un ofrecimiento para instalar luz eléctrica en el pueblo, "por ser muy elevado su costo y además porque en la capital federal, en París, Londres y Nueva York, aún no existe", al año siguiente Lomas ya contaba con iluminación en la vía pública. Existían doce faroles de arco voltaico de 1.500 bujías y el servicio lo prestaba el contratista Ramón Isla.
El 2 de julio de 1890 se firma el primer contrato para el servicio de corriente eléctrica y el 13 de noviembre del mismo año se aprueba la concesión para el alumbrado eléctrico al señor Cassals. Por esos años, la carpintería mecánica de don Francisco Gherard que poseía un generador, suministró corriente para algunas cuadras de Laprida, Hipólito Yrigoyen y la plaza pública.