Los orígenes remotos de Lomas de Zamora. De la conquista al siglo XVIII.
Cuando los españoles llegaron a estas tierras ya habitaban en ellas aborígenes conocidos más tarde como "telomines", por el nombre de su cacique Telomián Condié. Formaban parte de la familia tupí-guaraní que, desde su zona de procedencia, la selva brasileño-paraguaya, habían creado sucesivos asentamientos en el litoral. Muchas veces estos aborígenes se levantaron en armas frente al conquistador defendiendo su tierra, pero en 1580, poco después de la segunda fundación de Buenos Aires por Juan de Garay, la tribu de Telomián Condié fue derrotada en el combate de "la matanza", que diera nuevo nombre al río (por entonces Riachuelo de los Navíos) y al pago circundante. Desde 1580, todo el territorio adyacente a Buenos Aires, hasta los confines más lejanos en las fronteras con el indio, quedó bajo la autoridad directa de su Cabildo, integrando la jurisdicción de la ciudad de la Santísima Trinidad y puerto de Santa María de los Buenos Aires.
Al promediar el siglo XVIII se constituyeron las Alcaldías de la Santa Hermandad que fueron las primeras autoridades de estos pagos, convertidos a partir de entonces en "Partidos".
A lo largo de los siglos XVI, XVII y principios del XVIII se realizaron repartos de tierras y se constituyó un establecimiento de campo en las futuras tierras de Lomas, hasta que en 1736 la estancia es adquirida por Juan de Zamora, cuyo apellido dio la denominación a esta zona y posteriormente al distrito.
Don Juan de Zamora posee estas tierras hasta 1765, momento en que las vende al Colegio de Nuestra Señora de Belén, perteneciente a la Compañía de Jesús (Jesuitas). La expulsión de esta compañía de todo territorio perteneciente a España por Real Cédula de 1767 provocó la disolución del Colegio de Belén, pasando todos sus bienes a manos de las Juntas de Temporalidades. En 1778 se realizó la correspondiente tasación para proceder a la venta de los bienes en subasta pública.